- Todo al "0"?
- Todo no, menos esto y esto, lo demás sí.
Lo defino así, esto y esto, como la parte más genuina, la más relevante y singular de mi aspecto.
Ha sido como una mutilación rápida, fulminante, veloz. Cuando me he dado cuenta ya no estaba !había desaparecido!.
- Pero que haces...?
- No me has dicho que todo al "0"!
- Sí, y tambien te he dicho que menos esto y esto.
- Joder!! pues no lo he oido.
Silencio y amargura dibujada en el semblante.
La maquinilla, seguía su curso ajena al potencial que contenía y el silencio traspasaba las paredes y retumbaba en el espejo que reflejaba mi cara triste y llena de, también hay que decirlo, compasión hacia el chico.
- Córtame esto anda, no me veo a medias.
Tembloroso y mirando de reojo al jefe que hacia balanceos con la cabeza mirando a través del espejo el asesinato que había cometido su aprendiz, intentaba buscar en su mirada algo de complicidad y asegurarse que mi decisión debía de llevarla a cabo.
Zas!! también ha desaparecido y lo único que se me ocurre decirle al desconsolado barbero
- Que le vamos a hacer, ya crecerá.
Me sacude con el mantel, me pasa el cepillo de pelo de caballo y me nubla con una nube de talco.
- La barba no te la cobro...
Ahora debo esperar por lo menos un mes a volver a ser yo otra vez. Menos mal que estos episodios dramáticos son pasajeros
- Todo no, menos esto y esto, lo demás sí.
Lo defino así, esto y esto, como la parte más genuina, la más relevante y singular de mi aspecto.
Ha sido como una mutilación rápida, fulminante, veloz. Cuando me he dado cuenta ya no estaba !había desaparecido!.
- Pero que haces...?
- No me has dicho que todo al "0"!
- Sí, y tambien te he dicho que menos esto y esto.
- Joder!! pues no lo he oido.
Silencio y amargura dibujada en el semblante.
La maquinilla, seguía su curso ajena al potencial que contenía y el silencio traspasaba las paredes y retumbaba en el espejo que reflejaba mi cara triste y llena de, también hay que decirlo, compasión hacia el chico.
- Córtame esto anda, no me veo a medias.
Tembloroso y mirando de reojo al jefe que hacia balanceos con la cabeza mirando a través del espejo el asesinato que había cometido su aprendiz, intentaba buscar en su mirada algo de complicidad y asegurarse que mi decisión debía de llevarla a cabo.
Zas!! también ha desaparecido y lo único que se me ocurre decirle al desconsolado barbero
- Que le vamos a hacer, ya crecerá.
Me sacude con el mantel, me pasa el cepillo de pelo de caballo y me nubla con una nube de talco.
- La barba no te la cobro...
Ahora debo esperar por lo menos un mes a volver a ser yo otra vez. Menos mal que estos episodios dramáticos son pasajeros
3 comentarios:
no conozco a nadie que salga feliz de la peluquería... ¡ánimo!
Ja ha passat un temps prudencial i torno a semblar qui era. Em va fer molta llàstima pel xicot
Te dejaron como a Kojak???
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