Ya veis como quedé. Cuando me vió el médico se quedó atónito, mudo, perplejo.
- Pero hombre de dios. Dónde ha metido la boca? - me dijo.
- Ha sido un accidente, y menos mal que el autobús me dió de refilón…
- Mis conocimientos actuales me condicionan de tal manera que veo imposible poder solucionar ese problema.- continuó. Le miré y dibujando una, como pude, sonrisa, le dije:
- Vuélvame como antes.
Abatido, contestó: -Tendré que estudiar la carrera de nuevo.
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